CÓMO COMBATIR EL ENVEJECIMIENTO DE LA PIEL POR CONTAMINACIÓN: LOS ANTIOXIDANTES

Los niveles de contaminación a los que estamos expuestos, especialmente en las grandes ciudades, afectan de manera importante a nuestra salud. Se trata de una realidad que no es nada nueva para nosotros, pero en los últimos años la comunidad científica ha alertado de los efectos perjudiciales que la polución tiene sobre nuestra piel. Y es que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) define la contaminación como uno de los factores de riesgo ambiental para la salud y afirma que nueve de cada diez personas respiran aire contaminado.

La polución está formada por varios contaminantes primarios y secundarios, como partículas finas suspendidas en la atmósfera (nitratos, cenizas, polvos o sulfatos), metales pesados (hierro o cinc), gases nocivos (monóxido de carbono o de nitrógeno), compuestos orgánicos volátiles (hidrocarburos, disolventes) o incluso sustancias tóxicas que, aunque sean invisibles a nuestros ojos, se encuentran en el ambiente y de manera progresiva se van depositando en nuestra piel. Todas estas partículas en suspensión son sustancias contaminantes de diferente composición química con un tamaño 20 veces inferior que el de los poros de nuestra piel, por lo que penetran debilitando la barrera cutánea y produciendo un estrés oxidativo que inflama y altera las funciones celulares. Varios estudios han evidenciado la relación entre la contaminación y el estrés oxidativo.

Una de las investigaciones, realizada por científicos del departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Malmö (Suecia) concluye que la polución altera las propiedades de la piel, disminuyendo las reservas naturales de antioxidantes y los niveles de oxígeno de las células. Estas carencias conllevan un envejecimiento prematuro de la piel, ya que esta pierde elasticidad, luminosidad e hidratación, y aparecen las arrugas prematuras, las manchas, la hipersensibilidad y la sequedad cutánea. Asimismo, la polución puede agravar afecciones cutáneas de tipo inflamatorio o alérgico como la dermatitis atópica, el eczema o el acné.

Los problemas de la piel derivados de la contaminación y su relación con el envejecimiento celular son temas centrales de estudio no solo para los expertos en cosmética o dermatología sino también para los especializados en medicina medioambiental y bioquímicos. Según las previsiones de la ONU, el 68 % de la población mundial será urbana en 2050, una cifra que evidencia que gran parte de la población estará expuesta a la contaminación, por lo que protegernos de ella pasará a ser un factor clave en nuestra salud.

Desde hace un tiempo hemos visto cómo la cosmética antipolución se ha hecho un hueco importante en el mundo de la belleza. Los productos clasificados bajo esta denominación permiten crear una barrera protectora e impiden la entrada de sustancias contaminantes en la piel, a la vez que ayudan a la regeneración de la epidermis. De hecho, los productos con activos antioxidantes y antiglicantes nos ayudan a paliar los efectos de la contaminación en nuestra piel, ya que neutralizan los radicales libres responsables de atacar las células y propiciar el envejecimiento celular. Algunos de los activos antioxidantes son:

• Vitaminas: la vitamina C, además de ser eficaz para el sistema inmunológico, retiene la humedad de nuestra piel y ayuda a la producción de colágeno, retrasando así los signos de la edad. Por su parte, la vitamina E también es un potente antioxidante que neutraliza el daño producido por los radicales libres, combate las arrugas y preserva el colágeno de la piel. Ambas vitaminas, de manera combinada tienen un efecto sinérgico que incrementa su eficacia. Asimismo, las vitaminas del grupo B contribuyen al mantenimiento de la piel en condiciones normales y a la protección de las células frente al daño oxidativo.
• Carotenoides: se encuentran de manera natural en los organismos vegetales y tienen una función antioxidante y fotoprotectora muy importante puesto que protegen las células y tejidos del daño provocado por los radicales libres. Entre los carotenoides más conocidos están el betacaroteno o el licopeno.
• Polifenoles: los polifenoles protegen al organismo del daño producido por agentes oxidantes, como la contaminación ambiental. Destacamos el té verde, la soja o el arándano como alimentos ricos en polifenoles.
• Minerales como el zinc, el selenio o el magnesio tienen un efecto antioxidante que protegen a las células ante el daño oxidativo.

La nutricosmética, cuyas evidencias científicas garantizan su calidad, eficacia y seguridad, incorporan estos activos antioxidantes que permiten neutralizar los radicales libres e inhiben la degradación del colágeno.

Sin embargo, no hay que olvidar que los cuidados básicos para evitar problemas de piel empiezan con una limpieza suave por la mañana, además de aplicar productos hidratantes y antioxidantes tópicos que eviten la acción de radicales libres. Asimismo, por la noche debemos realizar una limpieza más profunda que nos permita, por un lado, eliminar la contaminación, y por otro, aplicar productos que oxigenen la piel y restauren la barrera cutánea afectada por la contaminación y la radiación.

Información:
Afepadi
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