JOSEP LUPIÓN, SINTIENDO LA BELLEZA DE LA PIEL

No solo buscar un despertar de los fibroblastos con el consiguiente aumento de colágeno endógeno, si no también mejorar el flujo energético de esa persona mediante los meridianos y poder liberar de emociones negativas el rostro. Escuchar ese tejido y acompañarlo. Otra diferencia importante respecto a otras técnicas es la sutileza, ese tocar no tocar, esa curva cíclica de velocidad y lentitud que consigue una desconexión mágica y un lifting de los nervios faciales.

También te formaste en Sculptural Face Lifting con su creador Yakov Gershkovich, ¿qué aporta esta técnica?
Esta técnica nos ofrece un enfoque muy distinto, nos aporta un trabajo muy profundo a nivel muscular y también muy emocional. Hay que tener en cuenta que los músculos de la cara son cortos, muy fuertes y grandes captadores de emociones, haciendo que nuestro rostro sea un “espejo” de los acontecimientos vividos. Esta técnica es de gran ayuda para liberarnos de estas cargas y dejar la musculatura con un tono idóneo.

¿Cómo se complementa con el kobido?

La combinación de ambas técnicas es ideal, pues tendremos cubiertos todos los planos, desde lo más superficial a las capas musculares más profundas. Pasando por un equilibrio energético y una mejora emocional muy notable. Normalmente acostumbramos a alternar las sesiones de Kobido® con las de Sculptural.

En cuánto a la combinación de tratamientos manuales con aparatología, ¿cómo crees que ayuda a mejorar los resultados? Creo personalmente que la aparatología bien entendida y usándola con profesionalidad puede tener buenos resultados. Aun así, por si sola carece de muchas cosas que solo el contacto manual puede aportar en un tratamiento.

Es ahí, donde la terapia manual toma todo el protagonismo, pues el saber escuchar a través de nuestras manos y poder aportar con tacto, intención y energía, no solamente suma, sino que multiplica.

¿Qué aportan las técnicas manuales en la estética? ¿Por qué son tan importantes?
Bajo mi punto de vista, las técnicas manuales son una belleza natural y responsable, sin agresiones, ayudando a nuestro organismo a recuperar sus funciones naturales que se han ido ralentizando o perdiendo con el paso de los años.

Aportan una manera de ver y entender que la belleza es una consecuencia de la salud. El contacto es insubstituible e inigualable a nivel de resultados y sensaciones.
En una época donde la tecnología lo domina todo, no es casualidad que las personas cada vez más busquemos técnicas manuales. Nos aportan en muchos niveles donde la aparatología jamás podrá aportarnos.

¿Por qué consideras fundamental la cosmética natural?

Entiendo por cosmética natural un producto respetuoso con el entorno, y a la vez con la persona. No hay que confundir cosmética natural con saludable, hay mucha cosmética que es de origen natural, pero su proceso de fabricación hace que no llegue a ser un producto final saludable, y más hoy en día cuando las epidermis están tan castigadas con microlesiones. Es de vital importancia la cosmética natural y saludable, pues con esas lesiones hay una puerta de entrada mayor. A nivel técnico, considero que el Kobido® puro es la terapia manual más sofisticada que existe con más de 1000 maniobras, la mayoría de ellas muy complejas.

Dicho esto, es importante que la cosmética natural complemente la salud de la piel; su metabolismo y estructura. Siendo así, este tipo de cosmética natural, saludable y personalizada, es fundamental para mantener la estructura y metabolismo de nuestra piel.

¿En qué consiste para ti la belleza natural?

La belleza natural la defino como el saber envejecer de la mejor manera posible. Con tratamientos respetuosos a todos los niveles para nuestro cuerpo y entorno. Entendiendo de que no hay mejor manera de cuidarse que prevenir. Es una belleza responsable, entendida como una unidad que nos hace sentir bien con nosotras mismas y nos da equilibrio.

¿Cómo te cuidas tú la piel?

Acostumbro a partir de la base de la alimentación, el ejercicio y las emociones. Intento conseguir un equilibrio con todo ello. Dicho esto, a nivel específico, tengo un ritual básico de noche con limpieza, equilibrio del pH de la piel con agua pura de azahar, y el elixir más apropiado para el momento de mi piel. Por la mañana el ritual seria el mismo, cambiando el elixir por una crema adecuada a mi piel.

Técnicamente, los elixires reparan capas más profundas de nuestra piel, dermis e hipodermis al tener una densidad molecular baja. Las cremas trabajan normalmente más en superficie, epidermis.

Estéticamente, podríamos decir que el elixir deja la piel más brillante por lo que tendemos a utilizarlo por la noche. Las cremas, en cambio, nos dejan la piel mate, de ahí que lo utilicemos en el día.