Shock Loss, un efecto secundario habitual tras el injerto capilar

Según el doctor Pilo de la clínica Hospital Capilar, el Shock Loss es un proceso natural y reversible que consiste en la caída de pelo postraumática derivada del trasplante capilar, cuyos efectos empiezan a verse en las semanas posteriores a la intervención

La duración de este efecto secundario se prolongará entre uno y tres meses tras realizarse el injerto y, posteriormente, el cabello volverá a crecer con normalidad y con más fuerza

El uso de medicamentos como el Minoxidil se recomienda en estos casos para aumentar la fase de crecimiento folicular

Madrid, 28 de octubre de 2021.- Tras realizarse un injerto capilar, muchos pacientes comienzan a preocuparse al percibir que el cabello trasplantado empieza a caerse. Este efecto, llamado Shock Loss, no indica ningún problema, ya que se trata de una situación transitoria habitual que se produce hasta en el 98% de los casos en las semanas posteriores a esta intervención, cuando los folículos pasan de la fase de desarrollo a la de reposo, según Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar.

“El Shock Loss es un efecto secundario natural y reversible consistente en la caída de pelo postraumática asociada al trasplante capilar que se produce en el momento en el que el cabello se desprende del folículo piloso sano para dar paso a un pelo nuevo. Se dará con más frecuencia en la zona receptora, aunque puede producirse también en el área donante; y tras el mismo, el cabello volverá a nacer y crecer con más fuerza”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.

Esta caída forma parte del ciclo natural del cabello, aunque no se da en todos los casos de la misma forma, dado que existen personas más propensas a generar una respuesta inflamatoria mayor. Sin embargo, poseer una predisposición mayor a un Shock Loss no implica un resultado negativo posterior, al tratarse de una reacción natural del cuero cabelludo en la que no se pierden las unidades foliculares implantadas.

Por su parte, son varios los factores que pueden llegar a desencadenar esta pérdida de pelo, entre las que se encuentran el inestable estrés que sufre la zona receptora del trasplante como parte normal del proceso, provocando que se entre de golpe en fase telógena, así como las micropunciones accidentales que se producen sobre los folículos sanos, el daño previo que exista en el folículo piloso implantado, e incluso la distancia que guarden los mismos al ser injertados.

En cuanto a la duración de este efecto secundario, cabe recalcar que normalmente se prolongará entre uno y tres meses tras producirse la cirugía y, a partir de ese momento, el cabello volverá a crecer con normalidad, comenzándose a apreciar resultados visibles entre el cuarto y el sexto mes. “Sin embargo, el seguimiento postoperatorio será fundamental y los cirujanos deberán evaluar cada caso concreto, con el fin de determinar que se trata de una caída temporal”, recalca el doctor Pilo.

A pesar de que el Shock Loss es un proceso inevitable por el que ningún paciente está exento de pasar, sí será posible minimizar los riesgos y reducir los tiempos de esta fase. Por ello, el especialista de Hospital Capilar recomienda llevar una buena higiene capilar, así como terapias con CRT o Capillary Regeneration Treatment, cuya finalidad es la misma que la del Plasma Rico en Plaquetas o PRP, o el uso de medicamentos como Minoxidil, tratamiento médico que promueve el crecimiento del cabello al conllevar un aumento del riesgo sanguíneo y el consecuente aporte de nutrientes esenciales para el pelo.

Sobre Hospital Capilar

Hospital Capilar es una corporación de cirugía capilar especializada en injertos capilares que nace en 2021 con el objetivo de ser una revolución en el sector tanto a nivel nacional como internacional. Con tres sedes iniciales distribuidas en Madrid, Pontevedra y Murcia y más de 20 quirófanos repartidos entre las tres clínicas, el principal propósito que persigue es el de acercar el injerto capilar a la comunidad autónoma de cada paciente. Además, la cualificación de su equipo médico, la optimización del seguimiento postoperatorio, los tratamientos personalizados y la utilización de técnicas avanzadas y poco invasivas ofrecen las mayores garantías a cada paciente.