PIELES ACNEICAS: CÓMO CUIDARLAS Y TRATARLAS

El acné es un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas, suele aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. El acné es más frecuente en los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades.

Según su gravedad, el acné puede causar angustia emocional y dejar cicatrices en la piel. Cuanto antes se inicie el tratamiento, menor será el riesgo de padecer esos problemas.

Los signos y síntomas del acné varían según la intensidad del trastorno:

• Comedones cerrados
• Comedones abiertos
• Irregularidades sensibles rojas y pequeñas
• Pápulas con pus en la punta
• Bultos grandes, sólidos y dolorosos que están debajo de la superficie de la piel (nódulos)
• Bultos dolorosos, llenos de pus que están debajo de la superficie de la piel

Tradicionalmente, el acné es un trastorno que se asocia con la pubertad. Y es cierto que la incidencia a esa edad es elevada (entre el 50% y el 95% de los adolescentes de países occidentales).

Venimos observando una creciente incidencia del acné entre los adultos, especialmente entre las mujeres.

Un 30% de las mujeres mayores de 25 años lo sufre en la actualidad. En el 80% de los casos es semejante a la del adolescente, pero con una alta proporción de lesiones inflamatorias, que afectan el tercio inferior de la cara y el comienzo del cuello.

El “acné persistente”, desde la adolescencia, alcanza el 80% de los casos, mientras que un 20% manifiesta un “acné de comienzo tardío”, nunca tuvieron un grano hasta el momento actual.

Las razones del acné en la edad adulta femenina no se conocen del todo, pero hay algunos datos que ayudan a comprender las causas:

1- Existe en ellas un factor genético, ya que hasta un 50% refiere un antecedente familiar.

2- Aproximadamente un 60% tiene datos de mayor actividad de las hormonas masculinas o andrógenos, con más vello, alopecia, alteraciones en el ciclo menstrual. También podemos encontrar algún dato de síndrome metabólico, como por ejemplo obesidad, aumento del colesterol y triglicéridos, y resistencia a la insulina. Estos factores hormonales van más allá de la estética, ya que son un riesgo para la salud.

3- También se ha descrito una respuesta inmune mucho mayor ante la bacteria Propionibacterium.

4- No menos importante es tener en cuenta que entre las mujeres fumadoras de entre 25-50 años es más frecuente la aparición de acné (41,5% frente al 9,7%). Es un factor agravante o desencadenante de acné en personas predispuestas. Así como también tiene importancia el estrés que podría agravar los síntomas.

Va a necesitar un tratamiento específico, más orientado a la inflamación que a los comedones. Hay que vigilar también su mayor tendencia a las cicatrices, ya que se produce sobre una piel más madura y sensible.

El acné (especialmente en la edad adulta) hace imprescindible un tratamiento integral, ya que no sólo se verá afectada la piel, sino que entran en juego las alteraciones psicológicas que pueden acompañar a esta patología. En la mujer adulta deberemos realizar una analítica y personalizar el tratamiento ya que suelen ser más resistentes a los tratamientos convencionales.

Las cicatrices atróficas de acné son la consecuencia estética más frecuente y consisten en depresiones más o menos profundas en las zonas donde existieron lesiones inflamatorias.

Según su morfología se clasifican en rolling, cuando tienen forma de dunas del desierto, en boxcar, cuando aparecen depresiones profundas de más de 1mm de diámetro o en ice-pick, cuando aparecen agujeros profundos de menos de 1 mm de diámetro.

Todas las terapias para las cicatrices de acné tienen como finalidad, aumentar la síntesis de colágeno para que éste rellene los defectos.

Hay dos enfoques básicos del tratamiento de las cicatrices atróficas de acné: aquellas que se basan en una acción ablativa, y aquellas que poseen una acción no ablativa.

Entendemos por ablación a una lesión que elimina una parte de la piel y provoca un nuevo proceso de cicatrización a partir de capas más profundas de la piel.

Los métodos ablativos incluyen los peelings medios y profundos, las dermoabrasiones y los sistemas de láser ablativos.

El fundamento de los sistemas ablativos es destruir química o físicamente las capas superiores de la piel para que un nuevo tejido regenere las áreas afectadas, ocasionan una  quemadura que hará que aparezcan costras tras el tratamiento, las cuales permanecerán hasta que se regenere completamente el tejido, por lo que el paciente deberá tener mucho cuidado durante la cicatrización usando siempre fotoprotección, verá limitada su vida social y deberá tomar la medicación que se le indique como, profilaxis con antivíricos y/o antibióticos orales, analgésicos.

Aunque la efectividad suele ser muy alta, no es menos cierto que el periodo de recuperación puede durar desde semanas hasta meses y que el riesgo de efectos no deseados o adversos (dolor, enrojecimiento permanente, infecciones, cicatrización anómala) son los que limitan su utilización dependiendo de lo que esté dispuesto a pasar el paciente.

Los sistemas no ablativos intentan regenerar el colágeno sin ocasionar una lesión directa de la piel.

Entre ellos destaca el láser fraccionado no ablativo, que permite actuar en la dermis respetando las capas superficiales de la piel, por lo que no forma costras ni heridas tan evidentes y el periodo de baja tras el tratamiento es muchísimo menor. A diferencia de los tratamientos ablativos en los que suele bastar una única sesión, el láser fraccionado no ablativo necesita de varias sesiones (6 – 8) para conseguir el mismo efecto. Siempre podemos realizar una combinación de técnicas para obtener los mejores resultados posibles con la menor afectación posterior para el paciente.

En otro grupo de tratamientos podríamos hablar del microneedling y el PRP (plasma rico en plaquetas) para la regeneración del tejido conjuntivo con la creación de fibras de colágeno y elastina, así como del ácido hialurónico para rellenar las lesiones. Estas técnicas se pueden utilizar como técnica única o combinadas entre ellas.

El tratamiento más apropiado para tratar las cicatrices de acné depende del tipo de cicatrices que tenga el paciente, si sigue teniendo lesiones activas y sobre todo de las expectativas y preferencias del paciente, por lo que es muy importante la comunicación con nuestros pacientes y llegar a la mejor solución posible para ellos.

Información:
Dra. Victoria Sunkel
Directora Área Medicina Estética
y Plataforma Láser
Clinica De La Fuente
Hospital Ntra. Sra. Del Rosario
Príncipe de Vergara, 53 2ª Pl
28006 Madrid
Tel. 91 563 84 64
www.clinicadelafuente.es